miércoles, 26 de noviembre de 2008

Summer Edition-CAPÍTULO 28

Me asusté al ver la herida. Mi querida Nicole, se dio cuenta y no tardó en quitarme la carta de las manos para que me centrara en otra cosa:
-No te emparanoyes, neni- y sugirió – seguro que ha sido alguna rama de un árbol.
Me la quedé mirando esperando a que abriera la carta y empezará a leer:
-¿De quién es?
-No sé, no lleva remite.
-Ábrela.
La Nicole abrió la carta con cara de sospecha… Miro un poco por encima de forma un tanto rara y añadió:
-Dios mío, que mala letra…
Entonces supe que la carta no era de mi editor, sino de John.

Querida L,
Esta mañana me he levantado y he podido ver, por fin, la luz (literalmente, me refiero).
No sé cómo, ni porqué, pero parece que me hayas salvado la vida con tus mimos y tus cuidados…

Pude ver en el rostro de la Nicole que leía por anticipado cosas que no le gustaban.
-Sigue, no seas perra- le pedí.
Pasó a la siguiente página ignorando los parágrafos que ella consideró poco apropiados… Iba poniendo caras de “¡qué fuerte!”, “¡no me lo puedo creer!”, “¡qué hijo de p***!”… pero todo en silencio, con un gesto de susceptibilidad en la ceja derecha.

Me voy para no volver, pero no podía irme sin despedirme.
Siempre te querré,
John


-¿Y el resto?- le espeté haciéndole ver que me había dado cuenta de su estratagema.
-El resto es basura, y ahora mismo, también es historia.
Y sacando un mechero de su bolso, se puso a quemar la carta en el cenicero.
Vi arder el papel, aspiré su olor…las páginas se desvanecían y conforme el fuego se comía las palabras, me sentía renacer como un fénix de sus cenizas.
-Ese chico-vampiro no te convenía en absoluto…- dijo acariciándome el brazo mientras yo seguía contemplando las llamas.
Mi cabeza no era capaz de pensar y lo único que asomaba por mi mente era el pensamiento de que torres más altas han caído.


FIN DE LA TEMPORADA