sábado, 7 de junio de 2008

Summer Edition - CAPÍTULO 1

Hola, no hables. Soy el contestador. Ya sabes, cuando oigas “Pip”, dejas el mensaje y luego te llamo. Gracias.
-Eh… Hola, bueno, yo llamaba por algo referente a una oferta de trabajo, pero ya llamaré más tarde.
Hola, no hables. Soy el contestador. Ya sabes, cuando oigas “Pip”, dejas el mensaje y luego te llamo. Gracias.
-Perra, llámame anda, que te algo que decirte.
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Acababa de terminar los exámenes, la cual cosa significaba que ya estaba prácticamente de vacaciones. ¡Ja, y un cojón! Ahora venía la etapa de “busco trabajo para el verano” pero me apetecía tomarme un respiro antes de empezar a tirar curriculums por doquier allí a donde fuera.
Y así estaba yo, con unos cogollos dentro de una caja de zapatos del Unipreus, fumando y descansando en mi cama mientras escuchaba a Bob Dylan.
Encendí el teléfono que había apagado para relajarme. Ignore el primer mensaje del contestador, pues habían dicho que ya volverían a llamar y, acto seguido llamé a Nicole.
-Querida, infórmame- le dije abriendo la conversación.
-Pues verás nena, tengo dos noticias que darte.
-Dispara.
-La primera cosa es que he dejado las drogas
-Aham, me alegro por ti y por el resto de gente que hacemos uso de ellas: ahora tendremos más para nosotros.
-Que cabrona… la segunda es que no sé donde las he dejado.
-Ah, pues yo creo que sí que sé donde las has dejado… por lo menos, la hierba…- dije mientras miraba de reojo una bolsita medio vacía de marihuana.
-¿Qué?¿Tienes tu mi pequeño alijo?
-Eh… esto… lo tenía…- solté dejando entrever que me la acababa de fumar- Lo siento, Nicole.
-No importa, no pensaba fumar en un mes, por lo pronto…
Me alivió oír aquella frase, pues ya me veía al acecho de cualquier camello dispuesto a venderme hierba a buen precio y cagando leches.
-Pero espero que cuando me dé por volver a fumar porros, ahí estés tú con una cantidad razonable que me satisfaga…
-Sí, claro, no lo dudes…- me recosté en la cama de nuevo.
-¿Ya te has puesto a buscar trabajo?
-Pues no, la verdad es que pensaba hacer unas pequeñas yonkie-vacaciones antes de ponerme a hacer otras cosas.
-Yo seguiré buscando… ¿Nos vemos esta noche? Toca un cuarteto de blues en el Smiling Jack…
-Cuenta conmigo… ¿A qué hora?
Nicole se quedo un rato callada. Supuse que buscaba el tríptico de la programación de junio.
-A las 21.30. Te espero allí. La entrada es gratuita.
-De puta madre, pues nos vemos allí.
Colgué y miré el reloj. Todavía no eran ni las cinco de la tarde y no me apetecía pasarme el día tirada sobre el colchón.
Silencié a Bob Dylan, cogí las llaves de casa y salí por la puerta deseando montar sobre mi bicicleta para ir a explorar la ciudad en su esplendor veraniego.
Sacando la bicicleta del parking, le hice una pequeña ralla al Audi de mi padre… Esperé que nunca sospechara que había sido yo… esperé incluso que no se diera ni cuenta.
El sol brillaba y todo parecía en armonía. Salí del parking y me dirigí a dos ruedas y armada con mi MP3 hacía La Mitjana, el parque natural que hay en el barrio de Pardinyes, en Lleida. Yo vivo en la calle Joc de la Bola y para eso, tenía que conducir primero hasta plaza Europa y bajar por Barris Nord, eso sí, siempre por el carril bici, pues ya había tenido algún que otro accidente atropellando a ancianos (como van a tres patas, por el bastón, nunca sabes hacía donde van a girar) y con carritos de bebés (vale, sí, éstos se ven, pero una servidora es un poco empanada…).
Disfruté del viento que me daba en la cara, pues prácticamente todo el trayecto es cuesta abajo. Iba a toda velocidad, con mi melena al viento y sin sujetador (con la fumada se me había olvidado ceñir mis tetas), saltando baches y pisando todas las ramas de árboles que estaban en el suelo. Me gustan los obstáculos, así que una vez que llegué a La Mitjana, busqué una ruta difícil para hacer con la bicicleta.
Recorrí varios caminos que apenas estaban marcados por hierbajos pisados y me llevé por delante varios charcos y ramas que, molestamente, chocaban contra mi cara. Pero iba colocada y eso me daba igual. Además, me había encargado de llenar mi riñonera con un par de petardos más.
Al cabo de un rato, me dí cuenta de que me había perdido, y ya eran las seis y media de la tarde…
Tampoco eso me preocupaba lo más mínimo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

great!!

ya tenemos mas creepshow!

Kalitro dijo...

Espero que lo del sujetador sea importante.

Anónimo dijo...

Esta wapa la mitjana, es lugubre de noche, y con la tipica niebla de Lleida le da un aire así como avernoso. Perfecto para que ataque el vampiro de dusseldorf.

Anónimo dijo...

actualizaaaaaaaaAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA