miércoles, 3 de septiembre de 2008

Summer Edition-CAPITULO 17

-¡Buh!- algo con voz de Nicole me pasó por delante.
-Hija de perra, vaya sustazo, joder.
-Jajaja- se mofó- Vayamos allí donde la salvia.
-¿Tienes idea de que tipo de ritual tenemos que hacer?- le pregunté.
-A ver, el otro día, para despertarlo, lo que hicimos fue, ir a mirar las estatuas venusianas esas y luego masticamos salvia- me recordó mi amiga.
Acordamos que lo mejor sería pisar sobre nuestros pasos aquella mañana. Así pues, cogimos los bártulos y nos movimos primer hacía las estatuas y después bajamos hacía allí donde creímos ver la zona verde donde se hallaba la planta mágica.
-La masticamos a la vez ¿eh?- le advertí.
Asintió con la cabeza mientras me ofrecía unas cuantas hojas. Nos miramos y con un movimiento de cabeza, indicamos que era el momento.
Dejando la linterna en el fuego, me llevé todas las hojas a la boca. Mastiqué y nada.
-¿Y ahora qué?- preguntó la Nicole al ver que nada aparecía.
-Pues no lo sé.
-AAAAAAAAAAHHHH- la muy diva profirió un gritazo escalofriante y su cara de terror acabó de helarme las venas.
De un salto, me situé tras mi amiga que seguía gritando. Me escondí a sus espaldas mientras sacaba un ojo por encima de su hombro.
Allí estaba nuestro espíritu del jardín, que daba mucho más yuyu de noche. Resplandecía como un ente etéreo y, casi se podía ver a través de él. La capucha era mucho más tétrica en la oscuridad.
-No me enfoquéis con esa mierda de lucecitas ¿eh?- aclaró el espíritu.
La Nicole, temblaba un poco de acojone, pero ambas dijimos con la cabeza que sí, que vale, que no le apuntaríamos con las linternas.
-Ya sé que voy a pedir…-empezó mi amiga.
Por un momento se me pasó por la cabeza lo que tantas veces había oído detrás de esa frase: una tapa de gambas con sal.
Me dio por reírme y no podía parar.
-Oye, ¿te importa?- Nicole se dio la vuelta mucho menos tensa- Estoy pidiendo un deseo.
-Vale, me voy- dije sin dejar de reírme- Estaré en las escaleras de las tías destetadas.
Dejé a la Nicole con el espíritu andrajoso. No tardó mucho en venir dónde yo me había apalancado y empezaba a liarme otro canuto.
-La salvia es una mierda, tía- le aclaré- No podía parar de reírme, ahí, se me han quedado agarrotados los músculos faciales.
-Ya se ha ido.
-¿Qué deseo has pedido?
-Te lo cuento tomando algo.
Cogimos la mochila, con la manta que no habíamos usado y las linternas, dentro. Nos metimos en el Hard Rock Mitjana, un antrito acogedor que hay cerca del parque natural.
Pedimos dos cervezas y nos sentamos en una mesa bastante alejada de la barra, justo al lado donde había una diana de dardos sin enchufar.
-He pedido un hombre- dijo mi amiga después del primer sorbo.
-¿De algún tipo especial?
-Si
Y se hizo el silencio. Nicole parecía haberse quedado atrapada en su pensamiento.
-¿No me vas a contar cómo es el hombre que te has pedido?- me indigné.
-Justo cómo ese de ahí- dijo señalando a un chavalito que entraba por la puerta.
Me quedé con cara de “no me jodas”, pero la Nicole ya no tenía ojos para mí.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿y la prota no pide deseo? ay las drogas...

Kalitro dijo...

Me ha gustado que el espíritu tenga un modo de hablar tan macarrilla.

¿Será como los genios y saldrá todo rana?

Anónimo dijo...

A ver que pasara con el deseo... Cuidado con lo que deseas que se puede llegar a cumplir...

Anónimo dijo...

un hombreeeeee????


topomaaaan


que fuerte que fuerte


sigo