sábado, 30 de agosto de 2008

Summer Edition-CAPITULO 16

Después de hablar con la Nicole, Ángel llamó: no para cancelar la cita, sino para retrasarla un poco, ya que le había salido un trabajillo a deshora.
Cuando ya empezaba a oscurecerse el día e iba a ponerme el pijama para estar por casa, recibí un mensaje de Mr.Bateman que me decía que estaba con el Honda Civic enfrente de mi portal.
Bajé a toda prisa y le vi con sus Ray-Ban escuchando una especie de música tribal electrónica en el coche. Subí, de nueva a aquel cochazo teniendo la sensación de que volvería a marearme.
-Hola, buenas- le saludé.
-Hola bonita, ¿a dónde vamos?
-Mmmhh, podríamos ir a tomar algo por el centro.
-Enserio quieres ir por el centro… yo preferiría ir a otro sitio, algo más a alejado- apenas conocía a aquel chico como para ir a un sitio donde no hubiera ni Cristo.
-Yo había pensado en ir al Línia- propuse sin saber muy bien lo que decía- ¿Sabes dónde esta?
-Guíame.
Arrancó y cuando quise darme cuenta ya había puesto la tercera marcha y rodábamos a sesenta kilómetros por hora a través de Lleida.
-Ve un poco más despacio, por favor- me acojoné e intenté disimularlo- Más que nada para que pueda indicarte…
Cuando pareció que el motor se sosegaba, quise entablar conversación.
-¿Qué es esto que escuchas?
-Minimal, Richie Hawtin. ¿Te gusta?
Asentí con la cabeza. Aparcamos el Civic en el parking del Rectorat. Primero pasé por el cajero automático para ver si el señor Fernán había ingresado la cantidad indicada. Una vez hube comprobado que sí, nos dirigimos al Línia.
El Línia es un bar que hay en una calle perpendicular a Rambla d’Aragó. Esta situado en el sótano, como los locales underground de Barcelona. Es un sitio algo oscuro, con iluminación rojiza a lo largo de la barra y el nombre del bar en letras de neón en una de las paredes del lugar. Hay varios taburetes y mesas altas, aparte de unos sofás y unas mesitas del Ikea, que$ hay al fondo.
Ángel y yo nos sentamos en una de esas mesitas para tener más intimidad.
-¿Qué bebes?- me preguntó.
-Una limonada…
Mi acompañante puso cara de extrañado y fue a pedir a la barra. No pude evitar mirarle el culo teniéndolo delante. Calzaba una espalda ancha, pero tampoco excesivamente. Seguí bajando la vista por su espalda: unas nalgas semi-perfectas terminaban en unas piernas aparentemente musculadas. Se notaba que el chaval se cuidaba y hacía ejercicio. Seguramente iba a pedirse un agua o alguna bebida tonificante.
-¿Qué has pedido?- le pregunté indicando su vaso con curiosidad cuando volvió.
-Un Johnny Walker con Coca-Cola.
“Glups”. Solo oír el nombre de un whisky, me dieron ganas de vomitar.
Años ha, fui bebedora de whisky casi profesional pero, de las cantidades que llegué a beber, terminé por aborrecerlo hasta el punto que al olerlo o oír su nombre e imaginar su sabor, me daba la nausea. Entonces supe que aquella noche no habría beso.
Estuvimos hablando mientras sorbíamos de sendos vasos. Debatimos sobre la Formula1, sobre música, sobre diversos temas, pero en ningún momento de forma personal.
Salimos del Línia y me pareció que no sabíamos mucho más el uno sobre el otro. Nos despedimos, de forma no muy emotiva ni muy especial, pero sabiendo que volveríamos a vernos.
Estaba cerca de casa de la Nicole y pensé que era una buena hora para pasarme. Me acerqué a su portal y llame al timbre.
-Neni, sube, que me sobra cena.
Me sentí una basurillas, pero subí.
Una vez arriba, me lié un porro para asentar mi cabeza.
-Nicole, creo que deberíamos ir esta noche a pedir tu deseo e invocar de nuevo al espíritu. ¿Cuántas linternas tienes?
Diciendo esto, cogimos el equipo de noche: los porros, las linternas, una manta y, nos dispusimos a caminar hacia La Mitjana.
Una vez allí, nos vimos sumidas en la más inmunda oscuridad. La Nicole me cogió de la mochila donde llevábamos el material.
-Tendríamos que haber hecho un mapa para saber por dónde tendríamos que ir- sugirió mi amiga mientras tiraba de mi hacia atrás.
-Yo me haría un porro- propuse- Así seguro que visualizamos el camino.
Ambas estuvimos de acuerdo.
Cuando nos sentimos suficientemente motivadas para la tarea, armadas con nuestras linternas cual Cazafantasmas, nos adentramos en La Mitjana.
Oíamos nuestros pasos y de vez en cuando el ruido de algún animalito. Apenas veíamos con la luz de los pequeños focos que llevábamos. Empecé a visualizar el resto de la noche, perdidas en aquella selva de Pardinyes. Me hacía a la idea de esto cuando la Nicole, gritó emocionada “lo he encontrado, lo he encontrado”.
Me dirigí corriendo hacía ella, pero cuando llegué al punto dónde supuse que estaba, había desaparecido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

desparecido¿? espero que Nicole este bien...

Anónimo dijo...

Se ha ido sin mas la nicole? que cabrona te ha dejado alli con tu kit nocturno de THC y linterna ajajajaja.