jueves, 14 de agosto de 2008

Summer Edition-CAPÍTULO 14

Una luz me cegaba y me pegaba fuerte en los ojos. Era el sol, que como me había caído de espaldas, me daba en todo el careto.
-¡Tía, he encontrado las llaves!- exclamó la Nicole.
-A buenas horas, cariño… ya estamos dentro.
Mi amiga me miró al otro lado del muro y nos pusimos a reírnos como locas.
-¿Por qué te has asustado tanto antes?- le pregunté
-Se han movido los matorrales, ya sabes, manías de las mías: piso una rama con la bicicleta y, obviamente, la rama se mueve- dijo mientras cogía la ramita del suelo.
No era la primera vez que nos pasaba eso. Varias tardes, después de fumar en La Mitjana, la empanada no nos permitía discernir entre movimientos ajenos y los nuestros propios.
Miré entonces a mi alrededor. Todo eran hierbajos y matorrales, cardos y malas hierbas. Parecía que aquello solo era una estructura de piedra.
Fui adentrándome como pude e invité a mi amiga a que me siguiera, por si acaso se avecinaba algún peligro.
El color que predominaba era el marrón, que le daba a aquello un toque de tristeza y un aire lúgubre no muy habitual en verano. Caían hojas de los árboles de alrededor y los pequeños arbustos que crecían al otro lado del muro, parecían secos y podridos.
Noté entonces como una escalinata bajo mis pies y que el suelo subía de nivel. Para no caerme, me apoyé sobre un tronco que quedaba a mi derecha.
Entonces, algo parecido a una mano, me tocó la frente.
Me dí la vuelta para comprobar que la Nicole me seguía, aunque de lejos. Al mirarla me saludó con la cabeza. Volví a girar sobre mí y entonces observé qué, efectivamente, lo que me había tocado era una mano.
Se trataba de una mano gris, de piedra.
Arranqué las enredaderas que cubrían seguramente al cuerpo que supuse, seguía a aquella mano. Bajo las lianas descubrí una escultura preciosa de una ninfa qué, con un pecho al aire, lucía en medio de los restos de lo que antaño hubiera podido ser un jardín.
-Vamos Nicole, acércate, he descubierto algo- le indiqué a mi amiga.
La Nicole se acercó a donde yo estaba, dando pequeños saltitos con sus largas piernas. Cuando llegó justo a mi lado, pudo ver la mano y me ayudó a sacar la maleza que cubría la piedra. Entonces, mi amiga, pareció percibir algo detrás de mí y a base de brincos, se dirigió al lugar donde se posaban sus verdes ojos. Vi que hacía movimientos de quitar maleza, pero mi miopía nunca me permitía estar segura de nada. Se apartó y dejó ver otra escultura igual.
Sin decir nada, con una sola mirada, entendimos nuestro cometido allí. El destino nos había regalado un jardín abandonado y teníamos todo el tiempo del mundo para ir descubriéndolo.
Subimos la escalinata que, a causa del crecimiento de las plantas y las malas hierbas, nos era imposible ver. Con poco cuidado llegamos al segundo nivel del jardín.
Los restos de lo que aquel sitio pudo haber sido, dejaban imaginar que tenía un pasado lujoso: a la izquierda, un columpio hecho de piedras y madera, austero pero seguro, colgaba de un arco de hierro forjado que, gracias a la pintura negra que lo recubría, no se veía oxidado. A la derecha, una especie de altar ceremonial, con una estructura también metálica y pintada de negro, de la que colgaban viejas enredaderas de lianas secas.
Desde aquel segundo nivel, se podía observar la envergadura del jardín. Era enorme, espacioso, precioso…
A la izquierda de la puerta había una fuente de piedras que antes nos había pasado inadvertida debido al arsenal de hojas secas que la cubrían y justo alrededor de esta fuente, el único espacio verde que se veía en el jardín.
En sus mejores años aquel debía haber sido un lugar idílico, para enamorarse, emulando el paraíso, pero ahora se había quedado gris y frío como las piedras del muro que lo encerraba.
-Nicole… nos ha tocado un jardín secreto.
-Deberíamos adecentarlo un poco, ya que nos lo hemos apropiado por la cara…- sugirió mi amiga
-¿Cuánto tiempo crees que lleva esto abandonado?
Mientras mi amiga tocaba de pies en el suelo, mi cabeza volaba por las nubes haciendo planes para aquél nuevo lugar que habíamos descubierto. Entre mis ensoñaciones, vi que la Nicole descendía las escaleras con la seguridad con la que uno patea su casa. Ya nos habíamos hecho a aquel lugar, pero aun teníamos dudas de si el destino estaba de acuerdo con que nos lo quedáramos.
-¡Nicole, espérame!- grité mientras corría tras ella.
-Lo he visto, lo he visto- contestó.
-¿El qué?
-Corre, deprisa…- me dijo mientras se ponía de rodillas al lado de la zona viva del jardín, la zona que veíamos verde.
A toda prisa me arrodillé a su lado. Tomaba en su mano, un par de hojas de una planta que me era bastante familiar.
-Es…- empecé interrogativamente.
-Sí, es Salvia, seguro… la recuerdo perfectamente- aclaró la Nicole mientras me ofrecía una de las hojas- Mastícala
-No, no, la masticamos las dos a la vez y si nos da una indigestión, cagamos de la mano
Y sin más dilación, nos metimos sendas hojas de Salvia en la boca. Los minutos pasaron mientras masticábamos desafiantes cara a cara. Noté que mi estomago se expandía, pero no solo mi estómago, sino también mi visión, mis ropas y mi cuerpo en toda su totalidad.
Mi amiga me cogió de la mano y pude observar entonces, su cara de susto mientras con la mano que tenía libre, señalaba con expresión horrorizada un punto frente a nosotras.
Me sentía privada de la capacidad de hablar, así que con soniditos y miradas, le supliqué a la Nicole un “no me asustes otra vez”, pero la tía seguía petrificada. Giré mi cabeza para observar en la dirección que apuntaban sus ojos y su dedo.
Entonces vi un ente borroso, luminoso, de color azul, con una raída capa rollo élfica, que cubría enteramente una figura con forma humana.

6 comentarios:

Alstan dijo...

¿Se tratará del Spaguetti Honda Civic? Improbable
¿Podemos descartar al Master en su última aparición como soltero? No creo.
¿Serà acaso el gafapasta de la editorial? Hay algo rarito en este hombre
¿Hay algo que no sepamos de John? Hum ¬¬
¿Max is back? Por favor, no
¿O se trata de una super-raza de hombres-topo con fetiches anales?
¿ES ESO? ¿ES ESTE EL FUTURO QUE NOS AGUARDA? AAAAAAAAAAAH!!!

Perdona que no haya dejado comentarios estos últimos días, pero he tenido la cabeza en otro lado. Pero ahora estoy en el curro y me he puesto al día en una tarde.

Me lo estoy pasando pipa. Sigue así ^^

Anónimo dijo...

:)


en fin.. me parece un gran capitulo, sigue asi, de verdad que a tus seguidores nos tienes la mar de contentos... un beso guapa, nos vemos pronto.

Anónimo dijo...

Crack!!!!!

O sea que en la mitjana ahora ya hay jabalies, patos y elfos sodomitas? Ese parque es una fuente inagotable de fauna y flora variopinta jajajaja.

Sigue asi machine.

Kalitro dijo...

Comento las dos últimas entradas.

Bueno: Has roto la cuarta pared otra vez con maestría, justificando la pausa del blog. Bravo.

Malo (coña): Cualquier suceso raro sería atribuido en cualquier medio de masas a jugadores de rol.

Sobre la segunda. La Salvia sabe horrible, supongo que lo sabes, y tarda en hacer efecto masticada. Hum.

Yo apuesto que la figura misteriosa es Jareth.

Anónimo dijo...

De que cojones vas? Eres un encanto
pero de que cojones crees que vas?

Anónimo dijo...

el anónimo este quien es? que le parto la jeta


tiaaaaa me encanta tu blog

pido perdon mil veces por haberlo tenido tan abandonado

ahora que te echo tanto de menos, leerlo me consuela...