jueves, 15 de mayo de 2008

MAX - Capitulo 9

El martes llamó Pablo. Yo no había ido al colegio desde el dia anterior, así que me esperaba algún tipo de interrogatorio

-¿Si?

-¿Tú eres tonta o algo por el estilo? Me tenías preocupadísimo, tanto que he llamado a tu Máster

-¿Al Máster? ¿Por qué?

-No dabas señales de vida- recordé que había dejado el móvil sin batería y apagado

-Bueno, pues no he ido a clase porque no me encontraba muy bien..

-No me cambies de tema...- Pablo cambió el tono de voz – He hablado con el Máster y me ha dicho lo de la camisa...

-Joder tío, no me tengas en cuenta que no te lo contara, no me pareció un detalle interesante – repliqué.

-Pues mira por donde a mi y a tu querido mentor, sí nos ha parecido un detalle interesante... Más que nada porque justo el jueves, vi en el Springfield de la calle mayor a tu querido Max...

-Ja, sabía que comprabas en el Springfield – quise romper el hielo

-La cosa es que se estaba comprando una camisa de leñador que tanto te gustan, una roja, casualmente... – Pablo le añadía el toque de misterio al asunto de la camisa - ¿quería alternarla con la otra que ya tenía para llevar una los días pares y otra los impares? Creo que no

-Vale, cariño, deja de tirar mierda sobre Max. Tal vez perdiera la camisa, o se la robaran, y quería quedar bien conmigo...

-Ocultándote la verdad... – volvió a su tono de marujeo – No te conviene.

-Deja que eso lo decida yo- dije colgándole repentinamnte.

Volvió a llamar pero no se lo cogí.

Puse el móvil a recargar y lo encendí.

Tenía muchísimas llamadas de mi Máster, así como de Pablo. ¿Había pasado algo? ¿Habría averiguado alguna cosa? Para asegurarme de que todo estaba en orden, cogí el teléfono y me dispuse a llamarle cuando llamaron a mi puerta.

Seguramente sería algún pedido de mi madre y abrí sin más.

En el marco de la puerta me encontré con un Máster sucio, jadeante y lleno de magulladuras.

-¿Qué te ha pasado? ¿Dónde te has metido?

-Jugando a la caza del lobo. Esta en mi casa, puedes ir a verlo...

-¿Qué?

-Sí, lo que oyes, tu amiguito es un licántropo.

-¿Cómo?

-Oye, aquí la que ha visto la peli de Lon Chaney eres tu

-Sí, pero quiero decir... que me expliques la historia joder, no hagas como si yo ya lo supiera todo...

-Has estado bebiendo ¿eh? Te lo noto...

-El fin de semana, no me seas payaso. Ya no tengo casi resaca ¿Y bien?

-Investigué... Descubrí que sus padres se iban de la ciudad unos días al mes, cada mes, y que deduje que lo hacían por las fases lunares. Me dirás que no te olías que el guaperas es un hombre-lobo.

-Pues un poco, pero... no quería confundir películas y realidad.

-Pues lo haces continuamente en tu blog

-¿Perdón?

-Nada, olvídalo. Sigo: estuve observando a Max de cerca. Controlando sus entradas y salidas de casa. No tenía mucho tiempo, habías quedado con él el viernes, así que si quería salvarte el culo como muchas otras veces, no tenía tiempo que perder.

-No te flipes Máster....

-Entonces pensé que si era un hombre lobo y ese viernes había luna llena, ibas a acabar entre las fauces de un poco licántropo. Así que cogí un pito de estos de ultrasonidos que usan para adiestrar a los perros y me dispuse a vigilar la casa por si ocurría algo

-¿Me espiabas?

-A ti no, a él... creída – me reprochó- Entonces os vi salir de la casa. Os seguí hasta la zona de Los Vinos. Tu ibas muy bebida y ni siquiera te diste cuenta de que yo estaba allí. Bueno, que tambien puedo ganar puntos de sigilo con un par de tiradas...

-No nos dispersemos. Estábamos en Los Vinos...

-Sí, pues eso, vi que él quería sacarte del Trivial, seguramente con la promesa de llevarte a la Seu Vella y hacerte pedazos con sus colmillos. Le pedí a un buen amigo, a John, que te echara un ojo.

-¿Qué? ¿Le conoces? ¿Lo hizo porque se lo dijiste tu?

-Él esta al corriente de todas mis investigaciones y pesquisas. El como tu, es mi brazo derecho....

-No me lo puedo creer... en fin, y ¿qué pasó con Max?

-Pues que le atraje con mi pito...

-¿Qué dices pervertido?

-Con el pito para perros que había comprado. El chico siguió el sonido mientras sus orejas empezaban a crecer y le salía pelo por todo su cuerpo.

-¿Qué dices? ¿Viste la transformación?

-Y la sufrí: tenía que haberle atacado aprovechando su forma humana... pero no me di la prisa suficiente, y aquí me tienes, en tu casa pija con estas pintas de después de una ardua batalla.

Le di al Máster un par de toallas y le dije que podía ducharse y cambiarse si quería. Accepto y decidimos que después de que se aseara iríamos a su casa a ver a Max, ya que lo había dejado allí encerrado.

Llamé a Pablo, que también era un implicado, pero declinó la invitación alegando mucho cansancio.

El Máster vivía en el Clot de les Granotes. Cuando llegamos todo estaba tranquilo. Abrimos la puerta de casa esperando que “algo” nos atacara o nos saltara encima, pero todo era luz y limpieza.

-Oye, mi piso nunca ha estado así de limpio.

Al final del pasillo vimos a Max con el albornoz del Máster calzado.

-Hola... me he permitido el lujo de vestirme un poco, liampiar y preparar la comida, aunque ya es un poco tarde para comer...

Yo y el Máster nos quedamos mirándonos con cara de asombro durante un buen rato. Vale, era de día, esperábamos que Max tuviera forma humana ya, pero no que hiciera maravillas culinarias y de limpieza en el piso de mi amigo.

-Es así como enmiendo el desastre en que ha quedado convertida la habitación de la plancha... – dijo mirando al Máster, a quien le cambió la cara de color.

-¿Qué has hecho?

-He respetado los libros, pero he jodido un poco la pintura de las paredes... me pongo muy nervioso cuando me convierto en lobo.

Pude ver que el gesto de mi amigo se aliviaba al oír eso de “he respetado los libros”.

3 comentarios:

Mademoiselle Fox dijo...

He actualizado raro...

Anónimo dijo...

ajajaj, no me esperaba este vuelco de la historia...
por cierto... el Máster es el "Anal Master"??

Anónimo dijo...

el creepshow de por si mola mogollon... pero si lo lees cuando vas fumado ya es el apocalipsis