miércoles, 29 de octubre de 2008

Summer Edition-CAPITLO 26

Decidí quedarme con John el resto del día. Llamó la Nicole varias veces, pero el móvil había quedado desterrado a las puertas de la habitación y no me apetecía moverme de la cama en la que me hallaba y, muchos menos, separarme de la persona con la que estaba.
Las horas se perdieron en el reloj y cuando quise darme cuenta ya había anochecido. John no hablaba, parecía haber enmudecido y gemía de vez en cuando aprobando o reprochando algún gesto o alguna caricia. Nos mantuvimos abrazados mientras corría el tiempo y yo quería pararlo.
Le tenía allí, la cabeza sobre mi pecho, tan indefenso, con el pelo tan sucio como de costumbre… Aún no había podido verle bien, pero al tacto fui deduciendo su estado.
Cuando me cansé de aquella estampa tan Romeo y Julieta, me incorporé en la cama. John intentó retenerme un rato más.
-No, hay que moverse de aquí o nos podriremos en esta madriguera- le aclaré.
Entonces me di cuenta de lo podrido del panorama. Todo olía a viejo, todo estaba sucio, no había luz…
Si pretendía que John se recuperara, debía poner orden a su vida, empezando por su casa.
-No hace falta que te muevas, cielo. Voy a ir al OpenCor de abajo a comprar unas cosas…- al oírme, me sentí ridícula.
¿Qué cojones era eso de “no hace falta que te muevas, cielo”? Por un momento, se me pasaron por las reacciones de mis amigos si me vieran… eran patético, así que añadí un toque de color.
-Esta noche cenarás… como los humanos.
Aquella frase no había nacido de mi cerebro, no era capaz de tal crueldad, pero era lo que a Nicole le hubiera gustado oír y se lo debía. Me lo debía a mi y se lo debía también a John, pues él no había tenido ningún miramiento conmigo.
Bajé al OpenCor y compré pan Bimbo y paté, pues no creí que un vampiro desdentado pudiera masticar mucho más. Mientras paseaba entre los estantes del supermercado y sonaba por el hilo musical In The Name of Love de U2, se me pasó por la cabeza llamar al Jesús Segura para decirle que había dado con el vampiro. Intenté borrar esa idea de mi cabeza, aunque me persiguió persistentemente durante un rato.
Había cogido las llaves de casa de John y con un par de bolsas con comida y utensilios de limpieza, subí en el ascensor.
Cuando llegué a la habitación, John seguía en la misma situación, ni siquiera se había movido de donde le había dejado. Empecé a plantearme que tal vez estaba muerto y se me heló la sangre…
Intenté tomarle el pulso pero no se lo encontraba. Luego recordé que los vampiros no tienen pulso…
Toda aquella oscuridad me hacía sentir insegura, así que busqué el interruptor y dí la luz. Lo que vi fue espeluznante: John parecía una cadáver, con la boca ensangrentada y entreabierta.
Le tumbé en una posición cómoda e intenté abrirle los ojos.
-¡John, aletargado de mierda, vegetal!- grité como para despertarle.
Aproveché para darle el par de guantazos que no le había dado en su momento. Al tercero, me cogió la mano con una fuerza inusual para la piltrafa en que se había convertido.
Entonces abrió los ojos: aquellos ojos parecían de cristal, incluso se movían como los ojos de cristal… Pareció que iba a decir algo y puse toda mi atención:
-Apaga la puta luz- emanó débilmente de sus labios.
-No puedes verla, John, estas ciego…- el máster hubiera estado en este momento muy orgulloso de mí.
Me pareció como si una triste lágrima emanara del ojo izquierdo de John. Me recorrió un sentimiento de culpa enorme, tanto que por mucho que rezara, sabía que no iba a salvarme de las llamas del infierno.
-¡Perdóname!¡Tienes que perdonarme!¡Perdóname!- y seguí gritando en forma de cantata hasta que no pude más y volví a caer en el llanto.
Me costaba mucho ver a John de aquella manera….
Decidí que aquella noche dormiría allí y mañana me ocuparía de redimir mis pecados.
Desperté a la mañana siguiente en los brazos de John. Me había dejado sangre seca en la frente y me daba mucho asco, así que me zafé de su abrazo y corrí a buscar el Wc.
Cómo soy experta en perder, abrí todas las puertas antes de dar con el baño. Me acerqué corriendo al lavamanos, con los ojos entrecerrados porque acababa de despertarme y, al poner las manos bajo el grifo ví algo asqueroso: había dos colmillos ensangrentados en el desagüe… En aquel momento me quise morir. Desea por encima de todo, enmendar mi error y me repetía a mi misma que ojala no hubiera pedido aquel deseo.
Eché mi meada matutina, me enjuagué la boca, me lavé la cara inclusive la sangre seca y como una histérica me puse a limpiar la casa.
Limpié y limpié hasta que todo relucía. John me observaba desde un rincón tapado con una manta que le había echado sobre los hombros, acurrucado en el sofá.
Me daba tanta verle en aquel estado que casi se me olvidó que tenía una cita con el editor.
Le hice un sándwich con todo el cariño del mundo y se lo dejé en la cocina. No quise mirar las llamadas perdidas de mi móvil. Me duché y me fui, cogiendo las llaves de John para volver luego a su casa.
Antes de nada llamé a la Nicole:
-Espero que tengas alguna explicación medio razonable para no haber cogido mis llamadas…- me dijo mosqueada.
-Lo que voy a decirte, no te va a gustar en absoluto…- amenacé.
-Has estado con John ¿no?- contestó sobradamente- Ya no me sorprende nada de ti…
-Pero lo que sí va a sorprenderte es otra cosa- concluí dejándola con una intriga a la que no se podía resistir.
-Hacemos un peta y mientras me lo cuentas…
Asentí y prometí pasarme por su casa. Necesitaba hacerme un porro… mejor dicho, necesitaba muchos.
Piqué al timbre y la Nicole ya tenía dos petas liados.
-Gracias tía, voy con un poco de prisa- le dije como saludo.
Fuimos a fumar al comedor: se lo expliqué todo con pelos y señales. Mi amiga me reprochó y reprochó que me estuviera haciendo cargo de alguien que me había tratado tan mal, me reprochó que con él hiciera todas las excepciones del mundo, pero aún con eso me compadeció por lo colgada que estaba de aquel tío feo y roñoso que, ahora, encima era un vampiro.
Me fui en cuanto terminé de fumar a mi cita con el editor.
Los porros me ayudaban a inspirarme cuando nada fluía de mi imaginación.
En la misma mesa, en el mismo sitio de siempre, me estaba esperando el editor.
Reinventé mi historia sobre el héroe legendario de manera que pudiera agradar a un personaje tan opaco e impenetrable como era Lucas Fernán. La improvisación le gustó tan poco como a mí, pero insinuó que tal vez no había pasado suficiente tiempo desde la última cita que habíamos tenido.
Salí asqueada de nuestro cara a cara. Es verdad que el señor Fernán no empezó con su misticismo ni sus dudas existenciales sobre la humanidad, pero su mirada me molestaba. Parecía como si me juzgara, como si supiera de qué iba mi vida, como si me analizara rollo Terminator.
Encendí un cigarro antes de salir del Antares y despedirme del editor.
El tiempo estaba revuelto e incluso parecía que iba a llover. Aún así, dirigí mis pasos por el Carrer Major para que alejaran más allá por la Avinguda del Segre, en dirección a La Mitjana.
Sentía en mi fluir una fuerza especial que supuse que era de entre disgusto, cansancio y el peso de la culpabilidad y la responsabilidad.
Ya estaba oscuro cuando llegué al Parc Natural de La Mitjana. No llevaba linterna ni nada con lo que alumbrarme, así que me guié por intuición. Cómo una ciega (sensación que solía obtener a base de estupefacientes), me moví por dentro del bosque buscando esa pared de piedra que me diera respuestas.
Cuando lo encontré, fui directa a la salvia. Me comí una hoja. Luego dos y tres, pero no sucedía nada. No venía ningún espíritu del bosque, nadie contestaba a mi llamada, así que no me quedó otra que clamar al cielo por la vida de John, por su salvación.
Así que frente a las ninfas, recé y recé toda la noche hasta grabar mi silueta que una tímida luna reflejaba en el suelo. Y rezando me dormí.
Pero algo me despertó de repente.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

misterio intriga dolor de barriga, como el mio jajajajaaj

Anónimo dijo...

pensava q estava mort de veritat!! hauré d'estar més atenta jo també...

soulreaverphotography dijo...

guapa, voy atrasado con la lectura pero ya retomare..... deberia haber un sistema para responder los comentarios que te dejan en tu blog y que le llegue al personaje que hizo el coment. Pero como no se como se hace eso te escriba aqui. Polly Rae ????? podria ser, pero la verdad es que no me acuerdo podria ser..mmmm lo revisare !!!

La otra foto que preguntaste era en Roma.

Gracias por tus c0ments !!!!

soulreaverphotography dijo...

pos si que era polly rae !!!!
como sabe la niña !!!!

Kalitro dijo...

Curiosa la encuesta. Tengo que meditar profundamente cual es mi grito de guerra favorito.

De momento "¡Por la decimotercera!" pero ya veré.


Pobre John, aplícale un poco de Ubik.

Mademoiselle Fox dijo...

Ostia, por la decimotercera... me lo he dejao... u_u''
AI MI TITUS I MI LUCIO, QUE LOS TENGO OLVIDADICOOOOS

Anónimo dijo...

la Nicole tiene mucha razón en cuanto a John..