lunes, 13 de octubre de 2008

Summer Edition-CAPITULO 21

Las semillas de marihuana me habían sentado fatal… Me dolía horrores la cabeza y lo peor de todo es que aquella misma tarde-noche, había quedado con el señor Fernán y con todo lo que me había pasado últimamente, no había podido escribir.
La cita iba a tratar dudas que tuviera, problemas con lo que había redactado… la cuestión es que no tenía ningún material que enseñarle al editor y, para colmo, ya había empezado a gastarme el dinero que me había dado por adelantado.
Tenía que inventarme algo, rápido, de algún modo. Tenía que convencer a Lucas Fernán de que la historia ya estaba en mi cabeza y había empezado a trabajar sobre una idea.
En un visto y no visto, me encontré en casa de la Nicole con esta vendándome la mano que me había magullado con las ortigas. Minutos después estaba en el Antares sentada frente a un Nestea y con el señor Fernán esperando que de mi boca salieran unas palabras que yo no tenían ni siquiera en mente.
-El tiempo pasa muy rápido…- dijo el editor con una mueca maliciosa que me heló la sangre.
Sus ojos brillaban con un fulgor inesperado.
-¿Qué quiere decir con eso?- intenté hacer tiempo y mostrar tranquilidad.
-Tenemos un trato ¿recuerdas?- dijo señalándome la cartera donde supuse que guardaba mi contrato.
-He empezado a trabajar sobre algo- mi temor crecía a medida que las palabras fluían. No tenia ni idea de lo que iba a inventarme.
-Aha, y ¿de qué se trata exactamente?
La cabeza me daba vueltas, me iba a un 200% de rendimiento total y estaba empezando a marearme, ya que en el interior del Antares en verano hace un frío para morirse.
A pesar de eso, Lucas Fernán llevaba puesta su impecable americana y parecía no notar lo caldeado del ambiente. Mostraba una pasividad y una tranquilidad que, contrariamente a relajarme, me ponía cada vez más nerviosa.
-Del fin del mundo- salió de mi boca.
-Interesante- dijo jugando con sus dedos largos.
En esa posición, con esa mirada, parecía el mismísimo demonio.
-Sí, verá, la gente palpa más la fe cuando ve cercano el final…
-Omnes vulnerant, postuma necat…
-¿Me ha tirado mal de ojo o algo así?- intenté romper el hielo y ser simpática, a ver si así, el editor se apiadaba de mí.
Lucas Fernán pareció no oírme o, mejor dicho, ignoró mi estúpido comentario.
-Y… ¿qué sucede en el fin del mundo?
-Pues… que… la gente se desespera, y lucha en vano, pero… nace un héroe dispuesto a salvarles, a sacrificarse por el mundo… como Jesús.
-Entonces ¿es una reproducción de La Biblia?
-Todos los libros son un poco La Biblia, señor Fernán- me crecí.
Ya sabía más o menos por que lugares podría vagar mi mente durante aquella entrevista.
-Es más bien una historia épica- continué- el héroe legendario en si es un poco un antihéroe…
-Me gusta tu estilo, sabía que podrías hacerlo- y el rostro del editor, que hacía unos minutos parecía oscurecer el antro, volvía a tener una iluminación normal.
-¿Le parece bien que siga desarrollando a ese nuevo Jesucristo Antisistema?- pregunté torpemente.
-Sí, vía libre Mademoiselle…
Buff, me sentía liberada.
Salí del Antares con menos peso encima y, el haberme comido las semillas, ya no me parecía tan malo… Entonces me miré mi mano vendada y recordé que ya había gastado mi deseo.
“Mierda”, dije para mis adentros.
Cogí el móvil y me dispuse llamar a Ángel para corroborar la tontería que acababa de hacer aquella misma tarde.
Al otro lado de la línea alguien descolgó. Se oía una voz que parecía lejana al aparato. Era el tono de voz de Ángel pero, no pude discernir lo que decía.
Me pegué más el móvil al oído por la parida de escuchar mejor, aunque no funcionaba. Entonces pude enterarme de una frase:
-No veo nada…
Colgué el teléfono y me fui corriendo hacía mi casa, pues se me había hecho tarde y ya tocaban las dos de la madrugada.

3 comentarios:

Kalitro dijo...

¡El editor es el malfado que está creando todos los monstruos de la serie, lo sé! ¿He ganado algo por descubrir el misterio?

Anónimo dijo...

el creepshow ha vuelto con mas fuerza que nunca... aunque en este capitulo todo pasa muy rapido no?

Anónimo dijo...

Démosle caña, coño!