lunes, 27 de octubre de 2008

Summer Edition-CAPITULO 24

En un primer momento pensé en llamar a Ángel, pero estaba segura de lo que había visto y no me iba a tragar mi orgullo. Además, yo no había hecho nada malo. Tampoco podía llamar a la Nicole porque se cagaría de miedo, así que solo me quedaba por llamar al master.
-Master… estoy perdida en el mundo.
-¿Qué te pasa pequeña padawan?
-Tienes que ayudarme a resolver un enigma… uno más.
-¿Qué ha pasado?
-¿Te acuerdas del jardín del que hablamos?
-No tía, no me hablasteis de ninguna mierda de jardín.
Le conté toda la historia desde los tiempos de los dinosaurios. Me cagué en mí por no habérselo contado antes, pues gasté todo mi saldo y tuvo que llamarme él para seguir escuchando la historia.
Le conté hasta lo de los cadáveres…
-Eso es en La Mitjana ¿no?
-Sí…
-Dicen que allí hacían ritos satánicos…
Se hizo el silencio.
-¿Master? ¿Sigues ahí?
Una risa malvada al otro lado de la línea me desvelaba que se estaba riendo de mi y bromeando.
-¿Qué puede ser? ¿Qué hago?
-Nena, haz como John Locke… Busca rastros
Así pues colgué y me puse a buscar indicios de lo que podía haber pasado. Caminé mirando al suelo por si encontraba algo… Durante largo rato mi vista se perdió entre matojos y hierba seca hasta que me pareció ver algo negro entre unas plantas que casi estaban ya podridas.
Lo cogí con la mano derecha y lo examiné. Era la tapa de un objetivo de cámara de video, de las grandotas, las que se usaban en el cine… Oliéndome la situación miré más atentamente a mi alrededor…
El palo de una pértiga de micro, caminaba tras el muro del jardín…
Salí corriendo para poder hablar con quién lo portaba.
Un tío vestido de negro con una gorra, caminaba con el palo en el brazo.
-Ei, oye, tú- le grité de lejos…
El tío se dio la vuelta: era muy rubio, un rubio casi nórdico.
-¿Hablas mi idioma?- le pregunté cuando estuve a su altura.
Negó con la cabeza.
-Eehh, you loose that thing inside the garden- le dije con mi inglés churrutero mostrándole la tapa del objetivo.
-¡Oh, thank you!- me respondió.
Cuando fue a coger la tapa del objetivo se le cayó la pértiga, pero como no había fumado en todo el día tuve los reflejos suficientes para cogersela.
El tio resopló en plan “¡qué susto!” y le respondí con una sonrisa amable.
Le mostré como se plegaba la percha y me invitó a que le acompañara a la furgoneta donde estaba cargando el material.
Cuando llegamos había un grupito de gente fumando… y esperando que alguien allí hablara en catalán o en castellano, me acerqué.
-Alguien debería explicarle a ese muchacho como se dobla una percha de micro… puede romperse, incluso hacerse daño él.
-Tienes razón… - dijo un tío con pinta de chulo de playas- por cierto… lo siento, pero no pudimos encontrar a los propietarios del jardín para pedir los permisos de rodaje y grabación.
No contesté, pero mi cara de duda le hizo continuar con su explicación, no sin antes preguntar si el jardín era mío.
Tras contestarle que sí, siguió.
-Verás, hemos rodado una coproducción catalano-finlandesa de una película gore…- dijo muy didácticamente
-No tenía ni idea…-contesté asombrada.
-Bueno, pues alguien nos habló de este sitio y queríamos pedir los permisos, así que fuimos al Ayuntamiento, pero allí nos dijeron que este jardín, justo este que está dentro del parque natural, es de propiedad privada.
-Vaya…- dije de buenas a primeras y luego intenté disimular - Claro… es mío.
-Mmmhh, ¿te importa que hayamos rodado en él?- es que verás, hace unas semanas tuvimos que grabar una toma nocturna…-yo escuchaba atentamente- y había allí dos personas durmiendo…
Recordé entonces la noche que había pasado allí con Ángel pero enseguida volví a la explicación del chulo de playas.
-… Como estaban tapadas por la vegetación y tal, no quisimos molestarlas, así que grabamos la toma con ellos allí…
-Fantástico, y… ¿Cuándo estrenáis la peli?
-Pues no creo que la estrenemos: un par de pases en el Café de l’Escorxador cuando termine la post-producción y otro par allí en Helsinki.
-Me gustaría ver esa película, ya que sale mi jardín- me excusé- ¿Podrían avisarme cuando la proyectaran?
Tras una afirmación positiva, me fui más contenta que unas pascuas a casa de la Nicole. Le expliqué lo que había ocurrido y resolvimos en que teníamos que volver a arreglar el jardín. No quedaba ni rastro de su novio, ahora difunto… pero tampoco había ni rastro de pena en mi amiga. Porque aunque no la conozcáis, la Nicole es fantástica y puede con todo…
Ella me propuso que llamara a Ángel para decirle lo que había pasado y para que se lo explicara y me disculpara. La verdad era que me apetecía…
Le llamé y quedamos en mi casa. Salí escopeteada con la bici de casa de mi amiga. Limpié lo que pude de mi humilde y sucia morada para que Ángel lo viera medio limpio.
Cuando picó al interfono, yo ya estaba peripuesta y acicalada.
Él traía la cena del restaurante chino Internacional, el que hay en Bisbe Ruano.
Tuvimos una velada de lo más agradable y distendida: le hablé de todo lo que había pasado, cenamos, bebimos, pero luego, se fue…
No hubo caricias, ni besos, ni arrumacos…
Sus últimas palabras conmigo fueron: Lo siento, aún eres demasiado rara para mí… Te llamaré un día de estos…
Aunque en el fondo sabía que no lo haría…
Me fumé un par de porros que me ayudaron a pasar el mal trago y me quedé dormida.
Entonces sonó mi móvil… ni siquiera me levanté para cogerlo. Una segunda llamada: seguro que era algo importante.
-MASTER llamando… - leí en la pantalla y descolgué.
-Ya me ha dicho la Nicole que has arreglado el asunto del jardín…
-Sí, gracias por tus consejos… eres el mejor- le agradecí- y ¿cómo que has hablado con la Nicole? ¿Te ha llamado?
-No, la he llamado yo porque tenía que daros una noticia.
-Dispara bandido, que estaba durmiendo y me has desvelado…
-Voy a ser papá.
Colgué, me vestí y me largué al Blackberry a pillarme un pedo como nunca.
A mi llegada, me sirvieron un Cosmopolitan sin pedirlo. Lo agradecí a media voz.
Esperaba que llegara John, aunque no tenía ningunas ganas de verle. Pero las horas pasaban y mi héroe no llegaba.
Tras cinco Cosmopolitans se me había hecho la hora de cerrar y tenía que irme sola, borracha y sin pasta a mi casa.
Al llegar, caí rendida en la cama, sorprendiéndome de cómo había conseguido llegar hasta allí y abrir la puerta sin problemas.
La cólera y la rabia, se había bebido los grados del vodka y el Cointtreau de mis combinados. Me dormí antes de que me diera tiempo a pensar nada más.

3 comentarios:

Mademoiselle Fox dijo...

El Creepshow acaba de cumplir 50 capítulos.
Ahora voy a publicar así todo muy seguido porque sino se está dilatando ya demasiado el verano y... ya pronto llega el solsticio de invierno, no lo olvidéis :p

Anónimo dijo...

con el buen rollito que tenía este capitulo y al final ha acabado un poco chungo..

Mademoiselle Fox dijo...

Sí, y veo muchos fallos porque ahí hay un punto perdido y un ver, que en realidad es ganas de verle...
Pero bueno, en fin, escribo mucho y supongo que eso me lo podéis perdonar ¿no?